INSULINA INHALADA


La otra cara del tratamiento para la diabetes

VIDEO SOBRE INSULINA INHALADA:

Después de trabajar con células pancreáticas y entender su funcionamiento, dos médicos encontraron la clave para entender la diabetes: una hormona a la que denominaron insulina. Este descubrimiento les valió el premio Nobel de Medicina mientras que le regaló a la ciencia médica el avance más importante en materia de diabetes. Gracias a ello, la esperanza de vida para los pacientes aumentó.


A partir de ese momento, la forma de concebir y tratar la diabetes cambió, se encontró que administrando cierta cantidad de esta sustancia mediante inyecciones, los pacientes controlaban su padecimiento y mejoraban su calidad de vida, atrasando la aparición de complicaciones.


¿De dónde provienen la insulina?


Las primeras insulinas que se usaron para el tratamiento de la diabetes se extraían del páncreas de diversos animales, principalmente del ganado bovino y de cerdo, pues la insulina de este último es casi idéntica a la humana y posee el mismo efecto sobre el azúcar en la sangre.


Actualmente, sólo existen insulinas humanas que se elaboran mediante ingeniería genética en ciertos laboratorios. Se utiliza una técnica denominada ADN recombinante en la cual se sintetiza el gen de la insulina y se inserta en una bacteria o en una levadura que la reconocen como propia e inducen la producción de pro-insulina, de la cual se obtiene insulina y péptido –C.


Cabe mencionar que el término insulina humana se refiere a que su estructura es idéntica a la hormona producida por los seres humanos, aunque no se obtenga a partir de ellos. La pureza de las insulinas actuales es superior a las que se utilizaban antaño, con lo cual se ha logrado evitar reacciones secundarias.


Las primeras investigaciones sobre este tratamiento arrojaron que la insulina es destruida en el estómago por lo que no se puede administrar vía oral y sí mediante inyecciones. Durante mucho tiempo se buscó otra alternativa para aquellas personas que temían inyectarse hasta cuatro veces al día y después de 20 años de investigación, por fin, la insulina inhalada promete revolucionar el tratamiento de la diabetes.

La otra cara del tratamiento de la diabetes: insulina inhalada

Hace poco menos de un año, la insulina inhalada fue aprobada por la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos o Food and Drug Administration ) para el tratamiento de la diabetes tipo 1 y en algunos casos la diabetes tipo 2.

El gran reto era que, hasta hace poco tiempo, la evidencia científica mostraba que la única vía posible de administración de la insulina era cutánea, sin embargo, se comprobó que ésta puede ser absorbida por la sangre sin necesidad de agujas ni jeringuillas, mediante un inhalador parecido al usado en el tratamiento contra el asma. Por lo que la aprobación de este fármaco marca una pauta en el tratamiento de la diabetes mellitus.

Cabe señalar que no podrá sustituir todos los tipos de insulina, pues sólo se utilizará en lugar de la denominada insulina rápida, que es aquella absorbida rápidamente por el torrente sanguíneo y con un pico de acción casi inmediato. No reemplazará a la insulina basal o de larga duración, por lo que algunas personas con diabetes tipo 1 necesitarán seguir inyectándose, dependiendo de la opinión de su médico.

Este nuevo sistema de administración de insulina representa uno de los avances más importantes para el tratamiento de la diabetes, que ayudará a aquellas personas con diabetes tipo 1 que requieren muchas inyecciones diarias de insulina rápida para mantener un óptimo control de sus niveles de glucosa, pero también será una excelente alternativa en el tratamiento de personas con diabetes tipo 2 a las cuales se les indica tratamiento con insulina pero se rehúsan a utilizarla por miedo a las inyecciones.

¿Cómo funciona?

La insulina inhalada produce una especie de nube de partículas a partir de insulina pulverizada. Estas partículas son absorbidas por la sangre a través de los alvéolos pulmonares, gracias a un inhalador parecido a los que actualmente se utilizan para el tratamiento del asma.

Para comprobar su eficacia, se llevó a cabo, a nivel mundial, un estudio con duración de siete años en donde participaron más de 3,000 pacientes diabéticos que fueron tratados con insulina inhalada. Con ello se demostró que este tratamiento es tan efectivo como la insulina inyectada y superior a los hipoglucemiantes orales o pastillas que utilizan las personas con diabetes tipo 2, para reducir y mantener bien controlados los niveles de glucemia.

Sin embargo, se observaron algunos efectos secundarios como tos, dificultad para respirar, boca reseca y episodios de hipoglucemia, por lo que se recomienda estar muy atentos a estos síntomas y monitorear cuidadosamente los niveles de glucosa.

Por otra parte, se detectó que algunos pacientes presentaron dificultad para respirar después de utilizar insulina inhalada por varios meses. Debido a esto, se realizará un estudio con duración de 12 años para investigar a profundidad los posibles efectos secundarios y el peligro que puede representar la utilización de esta terapia en personas que tengan algún problema relacionado con los pulmones.

Por tal motivo se decidió restringir su uso en pacientes con asma, enfisema, bronquitis u otro problema pulmonar; así como por aquellos que fuman o dejaron de hacerlo recientemente. Por otro lado, la utilización de esta terapia tampoco se recomienda en niños y jóvenes menores de 18 años ni en mujeres embarazadas.

A pesar de que este nuevo medicamento ya ha sido aprobado y se espera su pronta comercialización, los estudios sobre su eficacia seguirán llevándose a cabo, con la intensión de ofrecer al público una terapia segura y efectiva. Ahora sólo falta que llegue a Colombia y que preguntes al médico de tu ser querido si es una buena opción para tratar su padecimiento.

Fuentes: Secretaría de Salud. Manual para el manejo de las insulinas. 4ª Ed., México, 2004; www.diabetesaldia.com; www.intermedicina.com

CON DIABETES EN LA PIEL


La piel no sólo es el recubrimiento del cuerpo, por tanto su cuidado no es vanidad, se trata del órgano más grande que poseemos y quien refleja nuestra salud por dentro. Su función es proteger a nuestro organismo del embate de agentes del mundo exterior. Mide dos metros cuadrados de superficie, pesa cuatro kilogramos y tiene 0.2 milímetros de epidermis, la cual nos protege del calor, el frío, el polvo, las bacterias y de todo tipo de agresiones del medio ambiente.

La salud de la piel depende del estado de pureza que tenga la sangre y para que ésta se encuentre en buenas condiciones, es necesario mantener los diferentes órganos sanos y en plena capacidad de funcionamiento.


Nuestra piel

La piel está compuesta de tres partes fundamentales: la epidermis, la dermis y el tejido graso subcutáneo. Cada uno de estos componentes tiene tareas específicas:

Epidermis: Se trata de la capa final o exterior de la piel, es decir, la superficial, la que podemos tocar. Cumple varias funciones como la regeneración celular, y la protección y defensa ante infecciones y agentes externos en general.


Dermis: En la dermis es donde se sitúan los vasos sanguíneos y los linfáticos, los nervios, las glándulas sudoríparas y los folículos pilosos. Es un tejido que fortalece la piel exterior y que le aporta elasticidad y textura ya que está formada por fibras flexibles, agua y una especie de gel compuesto de azúcares y proteínas.


Tejido graso subcutáneo: Está formado por células adiposas que nos protegen del frío. Más de la mitad de la grasa del organismo se localiza en esta parte.
¿Para qué sirve?

La piel cumple varias funciones muy importantes para el organismo: constituye una barrera frente al mundo exterior, la cual nos defiende de agresiones ambientales térmicas y químicas, radiaciones y microorganismos; amortigua los golpes; regula la temperatura corporal; permite percibir numerosas sensaciones y por último es el órgano que hace evidentes diversos signos de enfermedades internas.

Sin importar si se padece diabetes, todas las personas están expuestas a enfermedades de la piel: dermatitis, acné y urticaria son algunos de los trastornos que se pueden experimentar; sin embargo, las personas con diabetes son mucho más susceptibles a sufrir enfermedades de la piel, debido a la mayor cantidad de glucosa en sangre.

Se sabe que la tercera parte de las personas que tiene diabetes, experimentan, en algún momento de sus vidas, un trastorno cutáneo, de hecho, algunas veces, estos problemas son el primer signo de que existe la diabetes. Por suerte, la mayoría de las enfermedades en la piel se pueden prevenirse o tratarse fácilmente si se detectan a tiempo.

Las infecciones bacterianas, las infecciones fúngicas y el prurito son algunos de los trastornos que se manifiestan con mayor frecuencia en las personas con diabetes, aunque se pueden desarrollar sin importar que no se padezca la enfermedad. Otros problemas cutáneos aparecen principal o exclusivamente en personas con diabetes, como la dermopatía diabética, la necrobiosis lipoidica diabeticorum, las ampollas diabéticas y la xantomatosis eruptiva.

Peligros inminentes

Aunque las enfermedades de la piel causadas por la diabetes no pueden ser consideradas como una complicación crónica de esta enfermedad, la verdad es que pueden causar muchas molestias y agravarse demasiado. Entre los trastornos más comunes de la piel en personas con diabetes están las siguientes:

Infecciones bacterianas: Existen muchos factores que favorecen la aparición de infecciones bacterianas en la piel de personas con diabetes y de que éstas sigan un curso más desfavorable; de entre esos factores destacan las alteraciones inmunológicas que conllevan una disfunción de las defensas y una disminución de su migración al foco de infección. Una de las infecciones más frecuente son los orzuelos, que son inflamaciones en la piel causadas por bacterias que se introducen en las glándulas sebáceas de los párpados que brindan lubricación a la película lagrimal. El carbunclo es una infección profunda de la piel y el tejido subcutáneo. Las infecciones también pueden aparecer alrededor de las uñas.


Infecciones por hongos: Con frecuencia, el hongo responsable de las infecciones es candida albicans. Este hongo produce erupciones en forma de áreas húmedas, rojas, rodeadas de pequeñas vesículas y escamas. Estas infecciones suelen localizarse en los pliegues cálidos y húmedos de la piel: bajo las mamas, alrededor de las uñas, entre los dedos de los pies, en los ángulos de la boca, bajo el prepucio del pene, en las axilas y las ingles.


Dermopatía diabética: La diabetes, muchas veces es responsable de ciertos cambios en los vasos sanguíneos pequeños que pueden derivar en problemas cutáneos, denominados dermopatía diabética. Esta enfermedad aparece en forma de parches de color marrón claro, con escamas cutáneas. Los parches pueden ser ovalados o circulares. Algunas personas creen erróneamente que son manchas producidas por el envejecimiento. Con más frecuencia, este trastorno aparece en la cara anterior de ambas piernas, si bien las piernas no se afectan por igual. Estos parches no duelen, no se abren ni pican. La dermopatía es inocua, y no necesita tratamiento.


Necrobiosis lipoidica diabeticorum: Otra enfermedad que puede producirse por cambios en los vasos sanguíneos pequeños es la necrobiosos lipoidica diabeticorum, que es similar a la dermopatía. La principal diferencia es que las manchas son menos abundantes, pero más grandes y profundas. En ocasiones la necrobiosis lipoidica diabeticorum pica y duele y las manchas se agrietan y se abren.


Ampollas diabéticas o bullosis diabeticorum: Se trata de erupciones con ampollas que suelen aparecer sobre los dorsos de los dedos, manos, pies, dedos de los pies y en ocasiones las piernas o los antebrazos. Estas lesiones se parecen a las ampollas producidas por las quemaduras. A veces son grandes, pero son indoloras y no hay enrojecimiento a su alrededor. Se curan por sí mismas, generalmente sin cicatrices, en unas tres semanas. Con frecuencia ocurren en personas que tienen neuropatía diabética.


Xantomatosis eruptiva: Consiste en tumoraciones firmes y amarillentas, del tamaño de un chícharo (guisante), sobre la piel. Cada nódulo tiene un halo rojo y puede causar comezón. Este trastorno ocurre más a menudo sobre el dorso de las manos, los pies, los brazos, las piernas y las nalgas. Se presenta por lo general en jóvenes con diabetes tipo 1, pero con gran frecuencia se asocia también a niveles elevados de colesterol en sangre.


Granuloma anular diseminado: Consiste en la aparición de áreas de la piel sobreelevadas, bien definidas, en forma de anillo o de arco. Aparecen por lo general en los dedos o las orejas. Suelen se de color rojo o marrón.


PARA CUIDAR LA PIEL DE LA DIABETES

Tu familiar o amigo con diabetes puede cuidar de su piel para evitar que enferme. Para ello te recomendamos lo siguiente:

Cuidar de nuestra piel es un trabajo fácil al que podemos dedicarle unos cuentos minutos al día. Tú puedes proteger este órgano de enfermedades causadas por la diabetes si llevas a cabo los siguientes consejos:

Mantener la diabetes bajo control: Las personas con niveles altos de glucosa en la sangre suelen tener la piel seca y una menor capacidad para luchar contra las bacterias dañinas. Ambos problemas aumentan el riesgo de contraer infecciones.


Limpiar y secar la piel: Es muy importante que tu ser querido lave bien toda tu piel, de preferencia con un jabón neutro y que la seque bien sobre todo entre los dedos, el doblez de las piernas y rodillas, pues en esas partes la humedad favorece la aparición de hongos.


No bañarse con agua muy caliente: Este es un consejo que deben seguir todas las personas, tengan o no diabetes. La temperatura del agua no debe superar los 37 o 38 grados centígrados.


Hidratar la su piel: Es necesario que tu familiar evite tener la piel seca, pues cuando esto sucede, se produce comezón y al rascarse suelen provocarse heridas pequeñas en donde pueden desarrollarse infecciones. Dile a tu familiar que humecte su piel para evitar que se agriete, especialmente cuando el clima es frío o ventoso, pero que no abuse de la hidratación en zonas en donde la humedad favorece la aparición de hongos.


Curar las heridas que se puedan tener: Es muy importante que lave con agua y jabón cualquier herida que se provoque, que no use alcohol ni yodo para limpiar la piel, ya que son sustancias demasiado fuertes. Por supuesto que debe acudir con su médico para que sea él quien le indique qué puede utilizar para evitar infecciones.


Cuidar los pies: Los pies de las personas con diabetes deben ser cuidados al extremo. Aconséjale a tu ser querido que examine sus pies diariamente en busca de llagas o heridas. Se sugiere el uso de zapatos de horma ancha y de tacón bajo y que antes de ponerse los zapatos, verifique que no haya objetos extraños dentro de ellos.


Referencia informativa: www.cica.es; www.nia.nih.gov; www.fmdiabetes.com; www.diabetes.org; Medline Plus


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